miércoles, 28 de noviembre de 2007

Semejanza (09.05.06)

Qué invierno tan duro…
Y el frito trepa monte arriba,
rueda monte abajo,
deshilachando harapos
tu nieve y mi escarcha.
¡Qué invierno tan duro!
Me falta el calor de tu cuerpo… me sobra el humo



©katya

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martes, 20 de noviembre de 2007

Canción del Tejedor (09.05.06)

Una hebrita de fino hilo,
una con otra forman ovillos.
Una hebrita de fino hilo.

Una hebra de gruesa lana
una con otra forman madejas.
Una hebra de gruesa lana.

Un hombre tiene una fuerza,
uno con otro tienen la fuerza.
Un hombre tiene una fuerza.

Y viene una bandada
de blancas palomas
revolotean en el aire,
las matan con balas de goma.

¡Ay! yo también iré
a matar los buitres
con mi pico de acero
arriba en el cielo.

Hebrita de fino hilo
qué tejes la historia.
Hebrita de fina lana
tejiendo mañanas.

¡Ay!, yo tambien quiero ir
a matar los buitres
con mi aguja de acero,
abajo en el suelo.

©katya



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sábado, 17 de noviembre de 2007

La escarcha debiera ser rocio (05.05.06)

Porque todas las palabras sobran cuando las cicatrices que no se ven se ayustan en interminables plegarias que flotan como relámpagos del alma. Porque todas las palabras faltan en el instante mismo en que la guadaña sedienta se vierte como un manantial bravío que descuartiza la inocencia. Porque tú fatiga, me trajo tu destierro, arracimadas canciones de imposibles, sueños de libertad y hambrunas rotas colgando en el rincón escondido de la distancia. ¡Misericordia!. Piedad y Misericordia Katya, en éste trasigo con días de alfileradas noches espumosas donde los cuajarones humedecen el rostro de la tierra y tiñe la espuma más allá de mi sangre y la tuya. Y la escarcha qué debiera ser rocío en primavera nueva, es hielo que desliza fragancias imposibles a ciénagas de ocasos.
Y tus mirada qué debiera ser caricia en luna llena, es laguna tragada por el tiempo cosechando las memorias. Y rezo mi plegaria intermitente: ¡Piedad! Katya. Piedad e indulto al envite carcomido y belicoso por que ellos tienen el poder de hacer y deshacer, por que sus palabras manipulan fingiendo realidades inexistentes a cambio de ejércitos de lamentaciones que surcan la razón. ¡Y Dios está dormido katya! Se durmió en un sueño permanente desde aquel día en que hizo al hombre, porque unos se apropiaron del oro sembrando andrajos, y a golpes de espuelas nos han roto, mucho más que los pantalones.

©katya

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viernes, 16 de noviembre de 2007

Violencia infantil (2.05.06)

A perrorecords: http://myblog.es/perrorecords

Tras leer tu página RESPETO descubrí, al escribirte un comentario, que me provocaba tantos sentimientos contradictorios, que lo suyo era responderte desde mi página más extensamente.

Por supuesto creo que ni todos los recuerdos de la infancia son desagradables, ni revivimos todos los recuerdos agradables.
Cierto es que hay momentos en que por cualquier detonante surgen esas cosas que llevamos grabadas y ocultas en la memoria, y sin esperarlo, una mirada, una noticia, un comentario, o un encuentro, nos hace revivir aquellos momentos por los que pasábamos de largo (casi inconscientemente) que en su día no le dimos importancia, quizás por nuestra corta edad, por falta de reflexión, o por una educación mal entendida, y que ahora nos reprochamos.

No nos disculpa decir que siempre ha existido la violencia y la marginación entre los propios niños. Comportamientos que a veces han rayado la crueldad, sin que por ello quiera decir que la mayoría de esos niños violentos hayan sido (o sean) malos, en el termino propiamente concebido de maldad y premeditación, es más, yo me arriesgaría a decir que tanto los que ejercen la violencia como los que la sufren, suelen ser niños inteligentes, también he de decir que existe una corriente de pensamiento que considera los actos infantiles como fruto del reflejo de nuestra sociedad.

Cualquiera de vosotros puede pensar que intento disculpar a la infancia, nada más lejos de mi intención, (fui una/o que padeció en la niñez la marginación y la burla psicológica de los demás compañeros/as), cada cual en nuestra parcela social y de acuerdo a nuestra edad somos culpables (en parte) de la situación actual de violencia, las espigas del trigo no nacen sin haber sido plantadas (valga este comentario para todas las facetas de la vida tanto positiva como negativas)
Y es que, el instinto de supervivencia muchas veces nos lleva, nos arrastra, a esas parcelas oscuras, que con tal de ser queridos por los demás (reconocidos), nos apuntamos mayoritariamente al árbol que destaca en lo bueno o en lo malo (máxime cuando somos niños y nuestra personalidad se está formando), auque no lo veamos claro, ni estemos de acuerdo, e incluso aunque vaya en contra de nuestros principios; cosa, que a medida que crecemos física y psíquicamente y que adquirimos una escala de valores, cambia hacia otros derroteros que es: El deseo de ser reconocidos tal y como somos y no por nuestra apariencia.

Por lo tanto, como tú bien dices perrorecords, enseñar a los hijos el respeto es la forma más gratificante de ir marcando una escala de valores no mal entendida, que nos lleve a una sociedad donde el miedo a ser diferente a los demás no nos convierta en hojas llevadas por el viento que más fuerte sople, y sí a aceptar las diferencias de los otros para así nosotros poder ser diferentes, no teniendo nuestros niños, mañana, que arrepentirse del hoy.

Y digo no mal entendida, porque actualmente quieren imponernos unos valores de competitividad que, no distingue:

a) entre la competitividad que pisotea a todo el que se pille por el camino con tal de conseguir el éxito,

b) y la competitividad sana y el instinto de superación del propio ser humano
Y es que, ante todo, para enseñar respeto hay que respetar, y ¿cómo podemos enseñar respeto a la infancia si nosotros no la respetamos?

Y no la respetamos cuando dejamos hacer con tal de que nos dejen tranquilos, cuando no les escuchamos o la palabra solidaridad la tenemos borrada de nuestro diccionario, cuando su problemas los consideramos triviales (y a veces hasta nos reímos), cuando no los implicamos en nuestros proyectos, cuando no le hacemos ver la diferencia entre una familia y una fonda, cuando decimos una cosa y hacemos otra… en definitiva cuando dejamos a los niños a su libre albedrío sin información ni formación que le permita ver la línea que separa lo auténtico, la que hace a los hombres y mujeres libres.

Dijo Kofi Annan no hace mucho “No habrá paz ni siquiera para los más privilegiados entre nosotros, en un mundo dividido entre la extrema pobreza y la extrema riqueza, entre la salud y la enfermedad, entre el conocimiento y la ignorancia, entre la libertad y la opresión”, y al hilo de éstas reflexiones me cabe pensar que al igual que nuestra mente hace una serie de operaciones matemáticas (de forma intuitiva) cuando vemos un coche que viene de lejos, calculando si nos da tiempo a cruzar la carretera, de la misma forma, nuestra mente hace sus operaciones cuando recibimos toda esa avalancha de informaciones contradictorias donde prima la fortaleza de dominio y no la de ser íntegros, y esa confusión se extrapola a la infancia.

Se que hay muchos que opinan que hay niños difíciles y ser padres resulta trabajoso, y yo me pregunto ¿y si no hay niños difíciles sino adultos que no les despertamos el valorarse a sí mismos e ilusionarse?

Todos tenemos que ser conscientes de que hay que aprender a descifrar la vida actual como un puzzle en el que colaboraron nuestros padres, para ser como actualmente es (nos guste o no), y en la que colaboramos nosotros para la construcción de la futura sociedad. Creo que ahí radica gran parte de la falta de aliciente. ¿Por qué no inculcar en la infancia ese sentimiento de que cada uno, en su entorno, es capaz de cambiar lo que no le guste en vez de imponer los principios de competitividad mal entendido?

Se podría objetar que el dragón social todo se lo traga, que cada día todo es más complejo, y que una hormiguita no puede hacer nada contra un coloso, pero creo que hoy existen muchos medios y plataformas a favor, que son y pueden ser (si se quiere) impulsoras de un cambio humanizante: escuelas, medios de comunicación, ONGs, familia, Asociaciones, internt… y es que quiero pensar como dije en el relato Mi viaje y tus cuentas obligatorias: … que nada es blanco ni negro, y todos los matices de la balaustrada imperfecta, nos dejaran algún agujerito por donde ver las estrellas.

Y a pesar de que están plantadas las espigas de la violencia, ayudemos desde nuestra parcela social, a no abonarlas ni regarlas, y no nos cansemos nunca de sembrar respeto + solidaridad, porque a veces echamos toda la culpa a la sociedad olvidando que la sociedad somos todos.

©katya

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