miércoles, 27 de junio de 2007

El latido de la tierra virgen (17.04.06)

Entre los páramos de mi juventud aún latía la tierra virgen, manantial de vidas concebidas al alcance de la mano, yo la miraba absorta, deslumbrada por la luz que inflama los sentidos al arrullo de lo nuevo sin pensar que toda luz despierta su sombra como un laberinto de encrucijadas y acertijos imprevisibles.Y llegaron faraones de la farsa, sepulcros del dolor, ladrones de inocencias y ese ansia del hombre hacia la vida fácil, tenderetes expuestos por los rincones de las calles mutilando los valores, alimentado impunemente de mentiras, robos, palacios de éxitos, falsedades…Yo tenía hambre. ¿Y porqué no he de comer cuando muchos sin hambre comen, se les aplaude, y hasta se les consideran intocables?

Sólo una vez me dije. Luego, cuando compre la casa, cuando tenga para el coche, volveré a ser la de antes.

Pero ahora ya no soy la de antes, porque el mordisco truculento a esa vida ha despertado mi sombra hundiéndome en la indigestión teniendo que digerir siete años de muros y el dolor de haber perdido la inocencia por el camino.

©katya


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